Un viaje a Vietnam por libre es siempre una buena idea y un destino que debes conocer, al menos, una vez en la vida. Este increíble país de Asia, está lleno de contrastes donde encontrarás paisajes de lo más salvajes y diversos. Al norte del país, os perderéis por las enormes plantaciones de arroz de Sapa, Hoi An con sus famosos farolillos, os cautivará al anochecer o embarcarte en un crucero por la increíble Bahía de Halong, son solo algunas de las maravillas que esconde este país.
En este artículo encontraréis nuestro itinerario para visitar Vietnam por libre en dos semanas y que os permitirá conocer y disfrutar al máximo este magnífico país.
Itinerario para visitar Vietnam por libre
Vietnam es un país alargado, por lo que lo más aconsejable y nuestra recomendación, es que hagas una ruta de sur a norte o viceversa. Esto es, que empieces el viaje por un extremo, por ejemplo Ho Chi Minh, y lo termines por otro, como Hanoi.
Sin embargo, siempre suele salir más caro coger la ida a una ciudad y la vuelta desde otra, por lo que podéis coger la ida y vuelta desde la misma y luego un vuelo interno entre Hanoi y Ho Chi Minh, que están muy bien de precio.
Can Tho y su mercado flotante
Nuestra entrada a Vietnam fue por el sur, donde llegamos al Aeropuerto Internacional de Tan Son Nhat, en Ho Chi Minh.
La primera parada del viaje fue Can Tho, por lo que una vez llegamos al aeropuerto, cogimos un taxi en el aeropuerto que nos dejó en la estación de autobuses de Ho Chi Minh, donde cogimos un autobús directo a Can Tho y que tardaría 4 horas.
El interés que nos llevó hasta esta ciudad fue, principalmente, el mercado flotante de Cai Rang, 6km río abajo de Can Tho. Todos los días a las 5 de la mañana llegan al mercado las pequeñas embarcaciones de agricultores con frutas y verduras cultivadas en sus propios huertos.
Los comerciantes, que viven en las barcas más grandes con sus familias, colocan un palo vertical en la parte delantera del barco. Si los agricultores ven que en ese palo no está la mercancía que ellos cultivan, se la ofrecen al comerciante. De este modo, el comerciante adquiere diferentes productos que va colocando en el palo vertical y que a posteriori le servirá de escaparate para el resto. Una vez los agricultores han vendido su mercancía, abandonan el lugar para dar paso a los habitantes de tierra firme, que se acercan en barcas para comprar a un precio más barato que en el mercado del puerto. Como dato curioso, en Vietnam, las transacciones comerciales que no tienen lugar en tierra firme están exentas de impuestos.
Para disfrutar del mercado en plena actividad hay que levantarse temprano y acercarse al puerto de Can Tho, donde la gente local se ofrece a llevarte por un módico precio. Aquí el regateo está a la orden del día, el viaje puede costar en torno a 5$.
Además, Can Tho te ofrece una vista bastante real de la vida agricultora vietnamita y la importancia que tiene el río Mekong para sus habitantes. En esta localidad compramos el mejor Bahn Mi que comimos en todo el país, lo compramos a una mujer que los vendía en su puesto ambulante y que costó la ridícula cantidad de 30 000 Dong (1,18€).
Si te gusta lo atrevido, en el restaurante de Phuong Nam frente a la plaza de Ninh Kieu Wharf (famosa por su estatua de Ho Chi Minh) ofrecen una selecta carta de comida vietnamita con ingredientes como serpiente o cocodrilo. Probamos la serpiente y el sabor es bastante parecido al pollo. Lo difícil de superar fue cuando nos dimos la vuelta y vimos los enormes tarros donde guardan las serpientes (¿en almíbar?) que se van a usar para cocinar.
Para hospedarnos elegimos el West Hotel, con una piscina en su terraza con magníficas vistas del río Mekong. El precio de la noche fue de 26 €.
Hue y la Dinastía Nguyen
De Can Tho nos marchamos como llegamos, en autobús, para regresar de nuevo a Ho Chi Minh. Como llegamos tarde nos hospedamos en el hotel Northern Hotel, ya que al día siguiente teníamos que madrugar para coger un vuelo nacional que nos llevaría a Huê.
Los vuelos internos son bastante baratos (entorno a 20-50€) y las compañías que los realizan son JetStar y Vietnam Airlines. La sorpresa que nos llevamos fue que, cuando subimos al avión rodeados de vietnamitas, ¡toda la tripulación era española!. Por lo visto, en temporada baja en occidente, algunas compañías aéreas ceden su tripulación durante un periodo corto de tiempo a países como Vietnam para trabajar.
Hue es una ciudad situada en el centro de Vietnam y famosa por su patrimonio arquitectónico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. Hue, antiguamente conocida como Thah Hoa que significa paz y fue la última capital imperial de Vietnam. La dinastía Nguyen, que comenzó a gobernar en 1802 después de darse de leches con la dinastía Tay Son, estando en el poder hasta 1945.
Decidimos pasar el día descubriendo la magnífica Ciudad Imperial y la Ciudad Púrpura o Prohibida. ¿Por qué se llama ciudad prohibida? Seguro que lo has adivinado, es la parte de la Ciudad Imperial reservada para el Emperador y, por lo tanto, la que más adornada está.
Es una visita imprescindible, perderte por sus muros, sus bellos tejados y sus fotogénicas puertas.
Comimos en Les Jardins de la Carambole a 600 metros de la Meridian Gate o Ngọ Môn. En este restaurante, de aspecto colonial francés, sirven platos tanto de cocina vietnamita como de influencia francesa, los precios ligeramente elevados para ser Vietnam, pero si lo comparamos con España es una ganga (15€ aprox).
La siguiente parada del viaje era Hoi An. En un primer momento, pensamos en coger un tren nocturno hasta la ciudad, pero estábamos después de estar todo el día cargando con las mochilas. Por ello, finalmente, decidimos aprovechar los económicos precios de los traslados e hicimos el trayecto en taxi. La duración del viaje fue de 3 horas y el precio 60 USD en total.
Hoi An, la joya de Vietnam
Llegamos a nuestro Hotel River Suites Hoi An, situado en una privilegiada localización y a escasos 450 metros del emblemático puente de madera Cau Temple. El precio por noche fue de 50€ y cuenta con habitaciones con balcón y vistas al río de Thu Bon.
El día siguiente lo empezamos paseando por el barrio antiguo. Es muy bonito, muy pequeño y peatonal, recomendamos pasear y disfrutar de la tranquilidad vietnamita. Por la tarde alquilamos unas bicicletas para ir a la playa. El trayecto hasta la playa de Bãi biển Cửa Đại es muy cómodo, a penas hay una distancia de 6 km desde el centro de Hoi An. Por el camino encontrarás hermosas estampas de arrozales.
Por la noche Hoi An se enciende con farolillos de colores, iluminando la ciudad en la noche. Algunos, en barcas que cruzan el río, otros cuelgan de las calles, un espectáculo que no te puedes perder.
Al día siguiente, nos dimos un masaje en el hotel e hicimos compras por la zona. Destacar que mucha gente aprovecha su estancia en Hoi An para hacerse un traje o vestido a medida, ya que es mucho más económico que en España. Suelen tardar 24-48 horas en realizarlo, por lo tanto tenedlo en cuenta por si tu estancia en la ciudad es más corta.
Desde Hoi An cogimos un taxi para recorrer los 42km (aproximadamente 1hora) que distan hasta el Aeropuerto de Da Nang, donde cogimos otro vuelo nacional con destino Hanoi.
Bahía de Halong, una maravilla natural
Aterrizamos en Hanoi y para ir desde el aeropuerto hasta la ciudad, contratamos un transfer a través del hotel por unos 20 USD. Nuestro hotel en Hanoi fue el Hanoi Glance Hotel.
Lo primero que nos sorprende es la temperatura, el tiempo en el norte del país durante estas fechas (enero) no supera los 14ºC, nada que ver con los 25ºC de Ho Chi Minh o Can Tho.
Pasamos la noche en Hanoi y, a la mañana siguiente, nos recogió un autobús para llevarnos a la magnífica Bahía de Halong. Esta excursión la reservamos a través del hotel, por lo que fueron ellos los que tramitaron todos los desplazamientos.
El espectacular paisaje marino de la Bahía de Halong puede incluso asombrar a los más experimentados. Este sitio, Patrimonio Mundial de la UNESCO, se encuentra en el Golfo de Tonkin, en el noreste de Vietnam y en la provincia de Quang Ninh. Las exuberantes aguas color esmeralda y turquesa albergan más de 1600 islas e islotes, en su mayoría deshabitados.
En vietnamita, Halong significa “dragón que desciende”. Los dragones juegan un papel destacado en la cultura vietnamita, y la leyenda más popular dice que una de esas criaturas y sus hijos descendieron del cielo para defender al pueblo vietnamita de los invasores, rociando fuego y esmeraldas o jade. Las joyas formaron imponentes formaciones de piedra caliza, y durante milenios, sus riscos protectores y bordes dentados evolucionaron hasta convertirse en el telón de fondo de islas verdes, torres y agua que los visitantes disfrutan. Una bahía cercana, Bai Tu Long, se refiere a los hijos del dragón.
Estas leyendas tocan la fibra sensible de las creencias y la historia vietnamita de dos maneras, en primer lugar, la historia de la lucha contra los invasores y, en segundo lugar, la creencia de que los vietnamitas descienden de un padre dragón (Lac Long Quan) y una madre hada (Au Co), y que existe un poder sagrado y oculto para apoyarlos en sus esfuerzos de guerra
Puedes visitar la bahía de Halong de muchas maneras, la opción que nosotros elegimos fue hacer en un crucero de 3 estrellas, el coste de dos días y una noche fue de 140 USD pp.
El crucero “Galaxy Cruises” ofrece varias actividades durante tu estancia, los camarotes son amplios y en la cubierta hay varios asientos para disfrutar de esta maravilla natural.
Además, nuestra experiencia fue bastante exclusiva, pues éramos una familia koreana, una pareja australiana, una pareja americana y nosotros. Es una gran oportunidad de relacionarte con gente de otros continentes.
Sapa, los arrozales más bellos de Vietnam
Regresamos a Hanoi y después de cambiarnos de ropa en el hotel, un transfer (reservado también a través del hotel), nos llevó a la estación de trenes donde cogeríamos un tren nocturno (8 horas) hasta Sapa. Las compañías que operan el trayecto son el King Express, el Orient Express o el Livitrans. Precio aprox 28$ pp.
Las noches que hicimos en el crucero y en el tren nocturno no tuvimos que reservar noche en el hotel de Hanoi, simplemente nos guardaron las maletas sin coste alguno.
El tren con cabinas, muy simple, de 4 camas en forma de litera, puede ser algo agobiante e incluso molesto dependiendo del vecino que te toque y lo educado que sea.
Sapa es una localidad que hace frontera con China y un distrito de la provincia de Lào Cai en el noroeste de Vietnam. Si estás buscando hacer senderismo bajo la bella estampa de los arrozales en terrazas, donde habitan grupos étnicos como los Hmong, los Dao y los Tay, Sapa es un imprescindible.
La idea era hacer un trekking por la mañana, disfrutar las bellas vistas de Sapa y volver en el tren nocturno de ese mismo día. No haríamos noche en Sapa.
Al llegar a Lào Cai nos recogió un bus compartido con mas turistas que nos subiría hasta Sapa. El trayecto fue agónico, la fuerte lluvia, el terreno inclinado y enfangado no lo ponía fácil. Tuvimos varios sustos aunque no nos pasó nada. Llegamos al hotel acordado para dejar maletas y equiparnos con lo imprescindible para hacer el trekking.
Una guía local de la aldea encabezaba la expedición. Fuimos caminando en una ruta sencilla, lo complicado era la fuerte lluvia y el frío. La temperatura oscilaba entre los 2º- 4º; además, la lluvia convertía el suelo en una pista de lodo apta para derrapes y caídas.
Lamentablemente la niebla ocultaba la belleza del lugar y no fue una gran idea visitar Sapa en enero. Nos quedamos con el encanto de la gente, la amabilidad y bondad que mostró el pueblo vietnamita que visitamos.
Además aprovechamos en varias tiendas para comprar algún NorthFace de imitación. Sapa es donde encontramos los NorthFace de mejor calidad y precio. Puedes encontrar mochilas (7$), camisetas (2$) y forro polares (15$). Evidentemente lo mejor es regatear los precios, porque os pedirán unas cantidades astronómicas. Tienes que fijar tú el precio y hacer que te vas y entonces es ahí donde, si a ellos les interesa, te llamarán “chillando” para que no te vayas y vuelvas a su tienda.
Regresamos al hotel para cambiarnos la empapada ropa que usamos en el trekking y coger un minibús que nos llevara de nuevo a la estación de trenes para volver en el tren nocturno de vuelta a Hanoi. Otra opción de vuelta es en autobús, en un trayecto con una duración aproximada de 6-7 horas
Hanoi, capital de Vietnam y del caos
Hanoi, es la actual capital de Vietnam y se localiza en el norte del país. Sin embargo, no es la más grande, pues es Ho Chi Minh la que se lleva este galardón. Entre 1902 y 1954, Hanoi fue la capital de la Indochina francesa, y posteriormente, entre 1954 y 1976, fue la capital de Vietnam del Norte. Tras la victoria del Norte en la guerra de Vietnam, terminó convirtiéndose en la capital del país reunificado.
Como podéis comprobar, nuestra visita por Vietnam fue una operación relámpago. No pudimos dedicar mucho tiempo a Hanoi, aún así, intentamos aprovechar al máximo e hicimos una selección de los imprescindibles que ver en Hanoi en 1 día.
Ho Chi Minh, rascacielos y modernidad en la antigua Saigón
A la mañana siguiente, cogimos un vuelo de vuelta a Ho Chi Minh, donde tendríamos tiempo para visitar y conocer un poco más sobre la historia de la antigua capital del sur de Vietnam.
La ciudad de Ho Chi Minh, comúnmente conocida como Saigón, es la ciudad más poblada de Vietnam. Fue el principal puerto de Camboya antes de que dicha región fuera anexada por los vietnamitas durante el siglo XVII. Bajo el nombre de Saigón fue la capital de la colonia francesa de Cochinchina (ahora ya sabéis hasta dónde sabían lo que decía vuestra madre) y luego pasó a ser la capital de Vietnam del Sur después del fin de la guerra, entre 1955 y 1975.
Aunque esta ciudad da para mucho más, nosotros no teníamos mucho tiempo, por lo que nos organizamos y nos limitamos a realizar una visita de un día por el centro de Ho Chi Minh (también llamado Distrito 1).
Tanto Vietnam en general, como Hi Chi Minh en particular, ofrece una oferta culinaria de lo más extensa. Desde puestos callejeros, pasando por mercados y hasta los restaurantes de más categoría, su propuesta gastronómica es abundante y de calidad.
El “Restaurante Ngon”, al que nosotros fuimos dos veces, es un lugar ideal para probar los típicos platos vietnamitas. Situado al lado del Palacio de la Reunificación, este restaurante está instalado dentro de una mansión reformada y donde la decoración es bastante llamativa. Se ubica en el Distrito 1 y abre todos los días de 11 a 23h.
Nuestro alojamiento en Ho Chi Minh fue el “Liberty Central Saigon Riverside Hotel”, situado en el corazón de la ciudad y a escasos metros del mercado de Ben Thanh. Además tiene una piscina en el rooftop que te ofrece unas vistas increíbles tanto del río Saigón como de la ciudad.
Los escalofriantes túneles de Cu Chi
Si visitas Ho Chi Minh tienes que reservar un día para visitar los túneles de Cu Chi, situados a una hora en coche de la antigua Saigón (45km).
Para entender la relevancia que tienen los túneles de Cu Chi, hay que remontarse a finales de los años 40, cuando comenzaron a cavar los túneles durante la guerra de independencia de Vietnam de Francia. En ese momento, el área de Cu Chi estaba originalmente habitada por agricultores. A medida que la rebelión avanzaba, muchos de los túneles se conectaron para formar una sola red.
Durante la guerra de Vietnam, de 1955 a 1975, la ciudad de Ho Chi Minh, fue la capital de Vietnam del Sur.
El Frente de Liberación Nacional y las tropas norvietnamitas usaron los túneles para ataques, transporte y vivienda. Frente a la fuerza sur, vietnamitas y occidentales, más fuertes y mejor equipadas, el Frente de Liberación Nacional recurrió a la táctica de la guerrilla. Lanzaban ataques furtivos y sorprendían a los enemigos desde los túneles antes de desaparecer bajo tierra otra vez.
Los túneles eran una fuerte defensa contra los bombardeos aéreos y se construyeron pensando en vivir allí durante meses. Había habitaciones, estancias para cocinas y salas para comer. El Frente de Liberación Nacional tenía salas de reuniones y espacio para el almacenamiento de municiones. Cavaron pozos para el agua fresca e incluso había teatros para entretener a los soldados durante el tiempo de inactividad.
Uno de los aspectos más desafiantes era respirar bajo tierra. Las tropas cavaron agujeros de ventilación que se camuflaban como nidos de termitas, tocones de árboles y hierba. Pero incluso entonces, a veces había una preocupante falta de aire. También preocupaban las enfermedades, las inundaciones, los insectos y las serpientes.
De los 3,3 millones de hombres y mujeres vietnamitas que murieron durante la guerra, 45.000 de ellos perdieron la vida defendiendo los Túneles de Cu Chi. El gobierno vietnamita preservó los túneles, que ahora sirven como monumento de guerra y museo.
Hoy en día, los visitantes tienen la oportunidad de aprender y entender cómo vivieron y sobrevivieron las tropas. Se sumergen de 2 a 9 metros bajo tierra y exploran parte de los túneles.
A pesar de que han sido ampliados, principalmente para acomodar a los turistas, los túneles son bastante estrechos y dan sensación de claustrofobia. Es increíble como la guerra lleva a vivir en situaciones tan límite.
Durante la visita, además de los famosos túneles y de cómo se organizaban para vivir en ellos, te enseñan las trampas que utilizaban, cráteres ocasionados por los bombardeos americanos, tanques y vehículos terrestres que quedaron inutilizados.
Al final de la visita hay un campo de tiro donde puedes disparar diferentes armas que se usaron durante el conflicto armado de Vietnam.
Los turistas pueden disparar un rifle AK-47 soviético, M-16 norteamericana o incluso la poderosa M-60. Las armas están sujetas para mayor seguridad, aunque es inevitable sentir el retroceso durante el disparo. Una experiencia totalmente recomendable.