Salida desde Londres con escala larga (de 18h aprox.) en Doha. Elegimos esta opción porque era la más barata y, de paso, aprovechábamos y veíamos la ciudad.
El Aeropuerto Internacional Hamad de Qatar, el único de todo el país, es una auténtica pasada. Este aeropuerto es uno de lo más modernos y lujosos del mundo. Aunque vuestra escala apenas dure un par de horas, ya merecerá la pena la visita, pues podréis disfrutar de todo lo que ofrecen las instalaciones: desde tiendas de todo tipo hasta spa y una piscina (obviamente de pago).

Existen un montón de opciones para llegar a Doha desde el aeropuerto, y sus precios son muy variados. Nosotros, como teníamos poco tiempo, optamos por coger un taxi. El tiempo de recorrido son unos 20 minutos, y el precio fue de unos 15-20 euros.
Para las 18 horas que teníamos en Doha, decidimos reservar un hotel, así podríamos dejar las maletas, movernos por la ciudad con comodidad, además de disfrutar de la piscina y el calor de oriente medio en enero.
Aunque Doha tiene diversos atractivos turísticos que puedes visitar, nosotros tuvimos que elegir, por lo que la primera parada que hicimos fue el Museo de Arte Islámico y las impresionaste vistas del skyline desde un viewpoint que se encuentra cerca del museo.

Desde aquí, caminando y a escasos 100 metros, se encuentra el Souq Waqif, el zoco tradicional de Doha y donde se dan cita tanto qataríes como turistas para comprar productos típicos de Oriente Medio: trajes típicos, artesanía, especias, perfumes y otros productos son parte de la oferta que se puede encontrar allí. Además tiene varios restaurantes y cafeterías.

Cansados del calor y de las incómodas miradas de los locales, decidimos regresar al hotel y así poder descansar y darnos un baño en la piscina hasta que llegara la hora de volver al aeropuerto y coger el vuelo que nos llevaría a nuestro destino, Vietnam.