17 SEPTIEMBRE 2022 –
Vuelo Madrid-Ginbra 20:25 – 22:25h.
Llegada al aeropuerto de Ginebra en Suiza, búsqueda nefasta de autobús a Chamonix.
Easybus, BlaBlacar-Bus, AlpiBus son algunas de las compañías que realizan el trayecto. Todos ellos tenían última salida a las 18h, por lo que me veo en la obligación de coger un taxi a Chamonix, en el que tienes que negociar con el conductor del taxi siendo aprox 350-400 Eur. Un auténtico pastiche. Gracias a mis amigos que se apiadan de mí y cuenta como bote. Otra cosa importante es que los tickets del bus se compran online. En el aeropuerto hay un puesto de información donde te dan los horarios y las compañías, siendo muy difícil la disponibilidad en el momento. A mi me ofrecían un bus para el día siguiente a las 11h de la mañana.
Llego al apartamento sobre las 00:30h cansado tras haber trabajado por la mañana y con el estrés del vuelo. Preparo el material que mis compañeros habían alquilado para mí, y a la cama a descansar. Alquiler de botas de montaña y de crampones en Snell. El resto de material como casco, arnés, piolé, etc nos lo prestan los guías, ya que contamos con la suerte de además de ser guías experimentados, también son amigos.
18 SEPTIEMBRE 2022
A las 07:00h desayuno en el apartamento Monte del Destino, bautizado así por el integrante mas ingenioso de la expedición. Desayuno hipercalórico (Twix, magdalenas, cookies de chocolate). Terminamos de preparar material y salimos rápido para llegar a las 08h, dónde habíamos quedado con los guías. El punto de encuentro era en la estación del teleférico, que nos va a llevar a la punta del l’Aiguille du Midi (3.842 metros) desde Chamonix (1.039 metros). Por el camino compramos unos bocadillos en Le Fournil Chamoniard (muy económicos teniendo en cuenta que estamos en Chamonix y muy completos).
Una vez subidos en el teleférico que tarda unos 20 min hasta la cima, el guía nos dá instrucciones de la actividad que vamos a realizar. Ya llegada a la cima, nos colocamos todo el abrigo disponible, aunque el tiempo es impresionante con un sol radiante, la sensación térmica puede ser muy baja en algunas zonas donde golpee el viento, y ya que va a ser la primer toma de contacto con la montaña es mejor ser prevenido. Nos colocamos los arnés, los cascos, los guías nos enseñan a calzarnos los crampones y salimos por la puerta de hielo que nos lleva a la arista del Aiguille du Midi. Bajamos la arista en cordadas de tres, donde el guía se posiciona el último si realizamos descenso y el primero si lo que hacemos es una ascensión, de este modo se convierte en nuestro punto de seguridad por si hay algún tropiezo o caída. Vamos avanzando, cruzamos alguna grieta, disfrutamos de las vistas. En algún tramo hay piedras del tamaño de un camión de basura ya que han caído durante el verano por las elevadas temperaturas alcanzadas.
La actividad trata de ir familiarizándonos con el material de alta montaña, así como aprender las técnicas básicas. La cordada funciona sincronizada todos debemos llevar el mismo ritmo, el guía nos va preguntando que tal vamos, de este modo va viendo como de en forma estamos ya que caminar con crampones con nieve en polvo es agotador por no hablar de la altitud (3700 msnm aprox).
Llegamos a la base de las puntas lachenal (son tres cumbres) donde vamos a aprender a subir usando el piolé y los crampones. Esta técnica básicamente es ir clavando la punta del crampón de modo que sirva de apoyo, así como usar el piolé como otro apoyo mientras que el brazo que esta libre se dá un puñetazo a la nieve en polvo. De esta forma aumentamos las pulsaciones y el cansancio de los gemelos se vuelve agotador, llegamos arriba descansamos y nos tomamos barritas energéticas así como bebemos agua y nos colocamos crema solar (importantísima la hidratación y la protección solar a estas altitudes).
Para bajar mi compañero de cordada y yo tenemos algún tropiezo que hace al guía preocuparse un poco (3/10) y de este modo empezamos a conocer el carácter que tiene un guía experimentado de montaña. Para bajar debes colocar el piolé en la mano que esta mas cerca de la montaña de modo que si resbalas, caigas apoyado en el piolé y no deslices demasiado. Son momentos nuevos para los nuevos alpinistas que nos ponen los pelos de punta pero que poco a poco nos vamos acostumbrando. Hubo un punto en el que tuvimos que desechar la opción de ir de pie y darnos la vuelta y volver a la opción de bajada de forma de desescalada dando punterazos a la nieve y con el crampón ya que la zona de bajada se volvía empinada y con mucha nieve en polvo, aumentando el riesgo de deslizamiento.
Una vez abajo, nos hidratamos, nos quitamos un poco el susto (la verdad que fue una aventura increíble pero reconozco que en el momento no lo pasas muy bien) y reanudamos la marcha con un poco de pendiente subiendo hasta la cabaña des cosques donde iba a empezar el calvario de verdad.
Descansamos y nos metemos el bocata entre pecho y espalda, no se si es el cansancio o si el bocadillo tiene el mérito que se merece pero me sabe a gloria. Una vez descansados, hidratados, y bien comidos (no se si os preguntareis donde se hace las necesidades aunque yo creo que es mas que obvio) continuamos con el duro día inicial e iniciamos el ascenso por la arista de Les Cosmiques hasta llegar de nuevo al Aiguille du Midi. El ascenso ahora se convierte en escalada, el guía se adelanta unos metros para poder usar el cordaje como puntos de anclaje y así mi compañero y yo estar asegurados mientras hacemos la escalada. No es una escalada técnica pero tienes que ir fijándote por donde va yendo el guía ya que hay zonas en las que no tienes ni idea de por dónde ha pasado. También hay zonas donde hay que hacer descensos en rapel y en la escalada tienes unos agujeros hechos para que puedas meter solo el crampón delantero. Esta actividad no se la recomiendo a las personas con miedo a las alturas porque vas pasando por zonas de vértigo. Con mayor o menor dificultad llegamos hasta el mirador del Aguille du Midi después de estar 30 min en una zona un poco complicada con mi compañero y yo generando un poco de drama. Para subir al mirador subes unas escaleras metálicas de esas típicas que tienen los pintores y que se tambalea, pero después de haber hecho las aristas de Les Cosmiques créeme que te va a parecer lo menos peligroso del día. Nos reunimos todos y bajamos del teleférico a las 16:30h.
Como hace un día de sol envidiable nos sentamos en la terraza de un bar donde nos bebemos unas cervezas y nos contamos la experiencia vivida con algunas risas, para picar pedimos papas fritas.
Volvemos al apartamento dejamos los bártulos, nos duchamos y vamos a cenar a la Crepería: Restaurant la Ferme. Hay varios tipos de crepes, desde dulces a salados, yo me pedí una lasagna porque estaba famélico y para compartir La Founde entre cuatro que la verdad que estaba muy buena (ten cuidado y evita beber agua si pides la founde ya que genera una sensación de pesadez).
19 SEPTIEMBRE 2022
Arrancamos el día un poco más tarde que de costumbre a las 09h hemos quedado en la estación de tren Chamonix-Montenvers-Mer de Glacé que nos va a llevar al glaciar de Mer de Glace. Imprescindible llevar el forfait que habíamos adquirido el día anterior en el teleférico de Aguille du Midi y que nos serviría para los dos días. Eso y los crampones… no como nuestro amigo Diego que se los olvidó en el apartamento. Por eso recomiendo la noche anterior dejar todo preparado para por la mañana aunque apriete el cansancio o el sueño revisarlo todo y no dejarte nada.
El tren se trata de un tren cremallera rojo que tiene ya un siglo de antigüedad (inaugurado en 1909), que avanza en la empinada montaña. Los asientos de madera no son muy cómodos pero el trayecto es corto unos 20 min.
Una vez llegamos a la estación Montenvers, hay que bajar hasta el glaciar a pie por un sendero de unos 15 min de marcha, aunque se puede bajar en telecabina. Cuando llegas hay unas escaleras metálicas (más de 400 peldaños) que te llevan hasta la gruta de hielo que se puede visitar en verano. Mientras vas bajando hay carteles donde te va diciendo hasta donde llegaba el glaciar años anteriores y te das cuenta que el cambio climático es mas que una realidad siendo 115 metros mas bajo en solo 35 años.
Caminamos sobre las piedras que han caído de las montañas próximas y que cubren el hielo del glaciar ayudándonos de los bastones, hay que tener cuidado ya que estas piedras pueden moverse. Cuando llegamos al hielo nos calzamos los crampones, arnés y comenzamos las actividades previstas.
La primera de todas con nuestro guía Pablo, nos explica cómo clavar los crampones en la pared de hielo mientras avanzas de forma lateral y te ayudas con el piolé clavando la punta contra el hielo. También la importancia de cómo colocar el pie por las pendientes de hielo para aprovechar al máximo la acción del crampón en el hielo.
Vamos avanzando y subiendo pequeñas paredes hasta que llegamos a la zona de escalada en hielo. Desde arriba, nuestro guía Rubén, ha fijado tornillos al duro hielo que nos servirán de anclaje. Desde abajo enganchas el mosquetón al arnés y a subir la pared de unos 60-70 grados con la ayuda de los crampones y el piolé. Según íbamos avanzando probábamos con paredes con mayor inclinación hasta llegar a paredes con mayor dificultad y verticalidad donde teníamos que usar dos piolé (hay varias clases de piolé y hay unos que están mas adaptados a la escalada en hielo). Esta última subida nos deja para el arrastre y ya listos para volvernos a Chamonix a descansar ya que al día siguiente tocaba comenzar la escalada al Mont Blanc.
Antes hay que mencionar que la vuelta se hace agradable con el sol hasta llegar a las escaleras metálicas… acordaros que habían mas de 400 peldaños, eso se vuelve un poco más cansino pero nos sirve de entrenamiento para el Mt Blanc.
Una vez llegamos a Chamonix aprovechamos el buen día que hace y nos sentamos en una terraza bajo el hotel Gustavia. Con los últimos rayos de sol y con una jarra de cerveza parece que la recompensa es más que merecida.
Para cenar quedamos en el Poco Loco donde pedimos unas burguers para llevar al apartamento con sus papas fritas. La hamburguesa merece mucho la pena, es de grandes dimensiones, justo lo que necesitamos para recuperar fuerzas.
Una vez terminamos de cenar, preparamos todo el material que vamos a necesitar en la ascensión al Mt Blanc donde pernoctaremos en el refugio de Goutier. Y como un integrante de la expedición es fisio nos recomienda descargarnos las piernas con unos masajes en el cuadriceps, usando la mesa del salón hacemos turnos de masaje improvisado, el resto se va a dormir ya que no pueden con su vida, normal.
20 SEPTIEMBRE 2022
El despertador suena a las 05:00h, no soy una persona que habitualmente desayune pero la ocasión me obliga a meter algo de carburante en el cuerpo ya que el esfuerzo va a ser durísimo.
Preparamos todo el material, recogemos el apartamento ya que no vamos a volver a él. A las 05:57h puntual nos espera abajo Pablo. Bajamos todas las pertenencias y las mochilas que llevaremos con nosotros al Mt Blanc, las pertenencias las dejaremos en la furgoneta de Pablo mientras estemos haciendo la expedición.
Conducimos hasta el pueblo Saint Gervais les Bains, allí cogeremos el tren cremallera (hora de salida 07:00h) que nos llevará hasta Nid Aigle (el refugio nido del águila 2412 m se encuentra ascendiendo unos 5 min del final de las vías). El tren es el más alto en Francia y hace tres paradas Bellevue – Col de Voza – Nid Agite. Después de una hora y cuarto de trayecto finalmente llegamos a las 08:15h, nos bajamos y respiramos el aire puro de la montaña, con nosotros muchos alpinistas que también vienen a hacer cima al Mt. Blanc, otros muchos vienen a dar un paseo por la montaña hasta el glaciar de Biossannay.
Comenzamos subiendo por un camino de piedras, usamos los bastones para ayudar en la pisada ya que hay muchas piedras sueltas, a nuestra izquierda queda Col des Rognes. Vamos viendo cabras salvajes que campan a sus anchas. El camino no es complicado hasta que comienzas a subir hacia el refugio de Tête Rousse ya que hay alguna placa de hielo y hay que tener cuidado de no resbalar. Las vistas son impresionantes a nuestra izquierda se puede apreciar el valle de Chamonix y frente a nosotros el Aiguille de Bionnassay completamente nevado. Cuando llegamos al refugio de Tête Rousse nos calzamos los crampones, nos colocamos el arnés y casco ya que el suelo empieza a tener placas de hielo y caminamos hasta llegar a la famosa bolera, donde nos encordamos. La bolera conocida en Francia como Le couloir de la mort (pasillo de la muerte) es el paso más peligroso de la ruta de Goûter. Más de 100 personas habían fallecido allí entre 1990 y 2017. Este amplio corredor (de roca mala durante el verano, con algún tramo de nieve o hielo) hace de embudo y escupe continuas ráfagas de piedras. En este paso hay unas normas que debes seguir, pasa cuando te avise tu guía, pase lo que pase no mires hacia arriba (ya que puede golpearte alguna piedra y el desenlace podría ser peor) y no te pares. Nosotros cuando pasamos no nos cayeron piedras pero es muy habitual ver caer piedras de varios tamaños.
Pasada la bolera el camino se convierte mucho mas vertical y digamos que comienzas a escalar, no de una forma técnica, sino por las piedras. No es difícil, pero si se empieza a notar la altitud y cansan los agigantados pasos de subida. Hay zonas donde hay una cuerda metálica a la que agarrarse para ayudarte a subir. Hacemos alguna parada para descansar, hidratarse, ponerse crema ya que aquí si empieza a dar el sol y mirando hacia arriba ya se empieza a divisar el refugio de Goûter.
Después de varias horas de ascensión finalmente llegamos al refugio, son las 13:30h y estamos desmayados. Al entrar debes dejar el material técnico (botas de montaña, crampones, arnés, piolé, etc) y coger de unos cubos gigantes unas crocs o similar para caminar por el refugio. Las chanclas pueden ser de cualquier color y talla, no existe el orden en ese cubo. Dejamos el material en las camas que nos han tocado y nos ponemos cómodos. Acudimos al restaurante donde nos pedimos un plato de pasta que sale por 15 eur.
Recuerda que es imprescindible reservar con tiempo tanto el tren cremallera de subida, como los refugios, ya que tienen plazas limitadas. Con el precio de pernocta del refugio incluye: cama, cena y desayuno.
Refugio Gouter (120 plazas): http://www.refugedugouter.ffcam.fr/
Al concluir la comida y dejando claro los tiempos de quedada me marcho a descansar, la altitud y el cansancio empiezan a ganar la batalla. Me acuesto aprox a las 15:45h en mi cama de la litera, algunos ya duermen, otros simplemente descansan viendo alguna serie. No es el lugar mas cómodo, pero las instalaciones para estar en lo alto de una montaña son envidiables, hay bastante movimiento por los pasillos aunque la gente es bastante respetuosa y a penas hay ruido. Consigo dormir unas horas y aunque el dolor de cabeza aún esta presente me siento mas descansado, cuando justo Víctor nos comunica desde la ventana que se llevan a un alpinista en helicóptero debido al mal de altura… en esos momentos es cuando realmente te das cuenta que lo que estas haciendo no es un paseo y aunque el buen rollo del grupo camufla un poco la intensidad de la actividad hay que ser conscientes de los límites de cada uno, de cómo llegamos de preparados y si contamos realmente con guías profesionales. En este caso, el alpinista que tuvo que ser evacuado lo vimos subiendo y nuestro guía ya nos comentó que estaba bastante al límite. Mas tarde lo vimos en el refugio en una esquina, su aspecto era como el que se despierta de resaca o se acaba de dormir de la borrachera pero claro, nunca sabes en que nivel está. De hecho nuestros guías fueron los que se preocuparon por él, y fue cuando vieron que su saturación de O2 en sangre era preocupante, así fue como el refugio dio la voz de alarma.
Son las 18:30h y nos reunimos en la mesa asignada, no hay mucha hambre pero hay que coger fuerzas para el esfuerzo a realizar. La cena que está incluida en el precio trata de primero una sopa de cebolla con trozos de pan, no suena a estrella Michelin pero esta bastante buena y un primer plato calentito sienta de lujo. De segundo toca pollo con lentejas ¿será el típico plato francés “cassoulet”? La verdad que no lo sé, pero aunque no tenga mucha hambre me parece lo más adecuado para almacenar todas las energías posibles. Todo bastante bueno y de postre tiramisú casero, quién me iba a decir que iba a comer tan bien en un refugio a 3817 m. ¿Y las vistas? Increíbles. Terminando de cenar empieza a anochecer y los más valientes salen fuera para captar alguna fotografía y compartirla ya que solo hay internet fuera del refugio.
Otras cosas a tener en cuenta es que el agua no es suministrada por los refugios. Llevar dinero en metálico para su compra.
Una vez hecho el reposo de la comida y atando los últimos flecos de la instrucción de la subida, dejamos preparado el material y nos acostamos. Son las 20h y como los Lunnis nos vamos a la cama para intentar dormir/descansar todo lo que se pueda. Hay que tener cuidado con los somníferos, mucha gente los lleva para poder gestionar el sueño pero cuando hay altitud son muy peligrosos y totalmente contraproducentes así que toca a la vieja usanza contando ovejitas, el dolor de cabeza es menor pero todavía esta presente.
21 SEPTIEMBRE 2022
Consigo dormir y suena el despertador, a las 03:00 am se sirve el desayuno, bajo por las escaleras y veo cómo empieza el movimiento de alpinistas por los pasillos, vistiéndose, cepillándose los dientes, etc incluso algún niño también se encuentra en el refugio.
El desayuno es un básico con tostadas y algo de embutido. Nosotros pedimos que nos llenaran el termo (grande de 1,4L) con agua caliente para poder echar mi ingrediente secreto…hojas de coca. Así es, guardaba una bolsita de estas hojas de mi viaje a Quito y no desaproveché la ocasión, ya que sus propiedades son muy beneficiosas para el esfuerzo físico especialmente en altura.
Nos vestimos con todas las capas que dispongo y nos colocamos el material técnico, la previsión para el día de hoy es muy buena , la temperatura no era muy baja, si lo era la sensación térmica, que por la fuerza del viento, (20 -30 km hora), sería de -15ºC
Una vez colocado todo no espero al resto de compañeros y salgo con mis compañeros de cordada, tengo tanto calor y hay tanto jaleo que prefiero esperar fuera. La sorpresa es gigante cuando salgo y apenas tengo frío, se está fenomenal, no hay ni una pizca de luz y la tranquilidad es absoluta.
Son las 03:45h y estamos listos. Comenzamos la ascensión y el primer rival a batir se trata del Dôme du Goûter, la ascensión es lenta pero constante, a cada paso sólo se escucha el crujir del crampón en la nieve. En alguna ocasión levantaba la mirada para ver cuanto quedaba pero la noche oscura no te dejaba ver cuanto camino quedaba y a lo lejos la luz de los frontales de dos alpinistas te decían que aún quedaba un largo camino.
Después de aprox 2 horas llegamos al refugio de Vallot, aún es de noche y el viento tras el collado de la Dome du Gouter comienza a hacerse notar, la temperatura hacía que nuestros dedos de los pies estuvieran totalmente entumecidos. No los sentía.
Dejamos los bastones fuera del refugio y una vez dentro cogemos unas mantas para poder entrar en calor. Cuando paras te das cuenta del frío que hace fuera y ya que no consigo entrar en calor, saco los calientamanos que nuestro guía nos había facilitado y esperamos al resto de compañeros que van mas atrás.
En total estamos unos 30 min hasta que nos reunimos todos y descansamos un poco. En esa media hora nos contamos todo lo sucedido hasta el momento y vaya si ha pasado, de todo. Resulta que uno de mis compañeros mientras ascendía el Dôme du Goûter no ha podido con el dolor en los talones, ya que las botas no le venían bien y ha tenido que dar la vuelta, su guía le acompañó hasta el refugio de Gouter y nuevamente subió hasta el refugio de Vallot. Mientras yo me escondía bajo las pulgosas mantas en busca de calor, unos alpinistas irrumpen en el refugio con el llanto de uno de ellos que afirma tener los dedos congelados, su compañero enciende el hornillo de gas para calentarle los pies. Y todo eso sin yo darme cuenta teniéndolos a un metro y es que el refugio de Vallot se trata de un refugio de salvamento únicamente, desprovisto de comodidad, sin mantenimiento y sin calefacción, el refugio Vallot no está destinado a acoger al público sino que constituye un refugio para montañistas en apuros. Hay disponible una radiobaliza de emergencia.
Nos volvemos a poner en marcha, esta vez sin los bastones para andar ya que esta última parte tiene algo mas de pendiente así que los dejamos fuera del refugio puesto que cualquier peso extra es mas un inconveniente.
Desde el refugio Vallot se remonta la pendiente de nieve que hay a la derecha para acceder a la arista de les Bosses. El primer tramo tiene pendientes de hasta 40º, pero es ancho, mientras que después la arista se afila y está más expuesta a caídas, hay que tener cuidado con las ráfagas de viento. Este tramo se hace durísimo, las piernas cansadas avanzan con pasos cortos, incluso debo de reconocer de hacer algún tramo casi a gatas del cansancio. Nos ayudamos con el piolé y seguimos subiendo, los rayos de sol iluminan la sombra de la cima que se extiende sobre los valles detrás de nosotros, impresionante. Durante la subida los pensamientos pesimistas atormentan a cada paso, menos mal que Rubén nuestro guía nos anima e incluso en alguna ocasión tira de nosotros.
Pasada la hora y media larga y con mas fé que fuerza hacemos el último empujón para así llegar al final… la sensación es impresionante, tenemos la suerte de llegar sin nadie en la cima por lo que lo hace aún más especial, avanzamos unos metros por la dura nieve de la cima y nos fundimos en un abrazo, lo logramos.
Después de videos y fotos varios e incluso un baile a lo despechá, iniciamos el descenso, pasamos por el refugio de Gouter a recoger las pertenencias que no habíamos utilizado durante el ascenso, reponemos fuerzas y seguimos con el descenso.
El descenso requiere menos esfuerzo físico pero aún así es un castigo para las rodillas y se debe hacer con cuidado.
Finalmente llegamos al refugio de Nid d’Aigle son las 15:00h y estamos reventados. El dolor ahora mismo se concentra en los dedos, me quito las botas y descubro que tengo alguna uña morada del roce con la bota durante la bajada. El sol sigue brillando y calentándonos por lo que nos tumbamos en el césped hasta las 16:45h que sale el tren cremallera de bajada.
Llegamos a las 18h a la estación, volvemos en la furgoneta a Chamonix y devolvemos el material alquilado. Hacemos el check-in en el Hôtel Vallée Blanche donde nos quedaremos una noche, compramos de forma online los billetes de bus Chamonix-Ginebra aeropuerto (compañía SwissTours)
Esta noche hemos quedado a las 20h para cenar en el MBC Chamonix Microbrewery y reponer fuerzas con cervezas artesanales y algún plato de alitas. Tras el festín y algún bailoteo en algún pub de Chamonix (recomiendo “Quai du vieux moulin”) nos vamos a la cama.
22 SEPTIEMBRE 2022
Nos despertamos tranquilamente, vamos a desayunar a un sitio muy recomendable “La Fabrica” donde nos comemos una focaccia sentados en la terraza mientras observamos en la lejanía la silueta del Mt Blanc y las famosas jorobas. Algunos aprovechan la mañana para realizar compras de souvenirs por el pueblo. A las 12:30h sale el bus dirección al aeropuerto y fin de la aventura.
Recordar que en Suiza el uso de datos móviles tiene un costo, yo lo puse en modo avión. Existen unas máquinas en el aeropuerto de Ginebra que escaneando el QR del billete de avión te genera un código para usar la red WIFI del aeropuerto.
PRECIOS:
FORFAIT dos días: 90eur (Auigili du Midi y tren de la Mer Glace)
Bus ida: 20.50 eur Bus vuelta: 31 eur
Cocacola refugio: 7 eur
Apartamento: Villa Vallet
Hotel: Hôtel Vallée Blanche