Las carreteras en Namibia, no tienen nada que ver con las carreteras a las que los europeos estamos normalmente acostumbrados. Antes de emprender este viaje leímos mucho (MUCHO) sobre este tema, y ahora, una vez hemos vivido la experiencia, damos fe de ello. Por esto, hemos recopilado la información que creemos que es vital antes de alquilar un coche en Namibia. Desde cómo son las carreteras que os vais a encontrar, hasta cómo conducir por ellas, además de nuestra experiencia.
¿Cómo son las carreteras en Namibia?
Las carreteras en Namibia están numeradas, según el tipo de anchura y de asfalto, con diferentes letras:
- Carretera tipo B son las únicas asfaltadas y las que enlazan las poblaciones más importantes del país.
- Carretera tipo C son de grava o tierra. Estas, son carreteras muy anchas y al haber poco tránsito de coches, podrás elegir por donde ir para evitar baches (estas tienen algunas partes asfaltadas).
- Carretea tipo D, son caminos estrechos y suelen ser las que te llevan a los lodges o campamentos situados en los sitios más escondidos. Son inaccesibles con un vehículo normal y, si no llevas un 4×4, es muy probable que te quedes atrapado.
Se recomienda mantenerse alerta en la carretera, pues el índice de siniestralidad en Namibia es muy elevado y la principal causa de fallecimiento son los accidentes de tráfico. Es aconsejable conducir siempre con precaución, llevar siempre el cinturón se seguridad y respetar los límites de velocidad.
La velocidad máxima permitida, salvo excepciones, es de 120 km/h en carreteras asfaltadas; en pistas de tierra o grava, la velocidad se reduce a los 80 km/h; mientras que en los parques nacionales es de 60 km/h.
Otro factor que eleva el peligro de la conducción es que los animales salvajes se pueden cruzar en el camino, sobre todo por la noche. Por ello, es mejor no conducir de noche. De hecho, en el Parque Nacional de Etosha, está totalmente prohibido conducir y salir de los campamentos con la puesta de sol.
Por la izquierda, como los ingleses
Lo primero de todo es tener mucho cuidado, en Namibia se conduce por el lado izquierdo y esto nos va a suponer un pequeño tiempo de aclimatación para los que estamos acostumbrados a conducir por el otro lado. Nosotros recomendamos alquilar un coche con cambio automático para hacer todo más sencillo. Lo bueno es que te acostumbras rápido y el hecho de que haya poca circulación también ayuda.
Nuestra accidentada experiencia: De perdidos ¿al río?
También hay que prestar mucha atención a las carreteras por las que os metéis, no hagáis caso siempre al google maps. Aunque suene antiguo, es mejor llevar un mapa de carreteras de Namibia, pues vendrá todo mucho más claro y evitaréis meteros por caminos no aptos para circular.
Uno de los percances que nosotros tuvimos fue a causa de esto mismo. De camino al pueblo de Uis, google maps nos hizo meternos por una carretera secundaria (estaba considerada como carretera del tipo D, pero sinceramente no se merece ni una Z) y resultó ser el cauce por el que pasaba antiguamente un río. La cantidad de arenisca era tal, que nos quedamos allí atrapados con las ruedas cubiertas hasta la mitad y los bajos del coche totalmente encajados en la arena. Al principio nos lo tomamos un poco a risa, pero cuando veíamos que pasaba el tiempo y no éramos capaces de mover el coche ni un centímetro, empezamos a agobiarnos. Además, al tratarse de una carretera secundaria, por allí no pasaba nadie…
¿Alguien al rescate?
Lo primero que hicimos fue llamar a la empresa de alquiler con la que habíamos alquilado el coche, Europcar, para contarles el problema. Hay que mencionar que, en el momento en el que recogimos el coche, nos dijeron que si nos quedábamos tirados en algún sitio, nos enviarían a alguien para ayudarnos. Sin embargo, lo primero que nos dijeron fue un “tampoco es para tanto” (les enviamos fotos de la situación en la que nos encontrábamos) y que lo que teníamos que hacer era desenterrar las ruedas y, con eso, saldríamos. ¿Acaso se pensaban que eso no lo habíamos intentado?
A la tercera llamada y, porque realmente veíamos que se nos iba a hacer de noche y no íbamos a ser capaces de salir de allí, nos dijeron que llamarían a alguien del pueblo cercano para que fuera a ayudarnos. Esta persona era un conocido, ajeno a Europcar, y nos cobraría por sus servicios.
Mientras tanto, seguimos probando todo lo que se nos ocurría. Nos acercamos a una granja que estaba más o menos cerca, donde nos encontramos a una viejecita que no sabía hablar inglés. Nos terminamos entendiendo mediante señas y cogimos unas planchas de hierro oxidadas que había allí tiradas. Intentamos meterlas debajo de las ruedas para ver si, teniendo algo “duro” a lo que agarrarse, estas podían girar, sin éxito.
En África, yo me lo guiso, yo me lo como
Al final y, de verdad, gracias a que llevábamos a un ingeniero en el grupo, se nos ocurrió utilizar el gato para levantar el coche por ambos lados e ir metiendo arena compacta debajo de las ruedas. Este truco funcionó y, después de más de 3 horas, logramos salir de allí.
Volvemos a mencionar que, si no tenéis un 4×4 y si de verdad no queréis pasar por este mal rato, no abandonéis nunca las carreteras principales. Aunque se tarde un poco más, estas carreteras conectan los principales puntos y es prácticamente imposible que os quedéis atrapados. Además, os cruzaréis con otros coches (aunque pocos) y, si tenéis algún problema, tendréis a alguien para que os ayude. De hecho, pararse y ayudar a cualquier persona que te encuentres con problemas, es prácticamente obligatorio. Hay muchos tramos largos en los que no te cruzas con nadie y cualquier ayuda es bienvenida, siempre.
Programar el viaje pensando en las carreteras
En Namibia hay un 50% de posibilidades de pinchar rueda. Como ya hemos comentado, las carreteras en Namibia son en su mayoría de tierra, hay piedras y baches, por lo que el factor suerte es bastante importante.
Hay que llevar siempre las ruedas con la presión recomendada (suele venir indicado justo al lado de ellas). En caso contrario, la probabilidad de pinchar, será mayor.
Es imprescindible que, cada vez que se pare en una gasolinera, tengáis en cuenta estos dos puntos:
1. Llenéis el deposito. Las distancias son muy largas y no hay muchas gasolineras a lo largo del país. También nos recomendaron tener una garrafa de gasolina extra por si acaso, pero a nosotros no nos hizo falta. Si se programan bien los recorridos y y se llena el depósito cada vez que se para en una gasolinera, no es necesario ir cargando con una. Todas las ciudades grandes disponen de gasolineras y son un buen punto de abastecimiento, además, la mayoría acepta pagos con tarjeta.
2. Pedir que os revisen las ruedas y que las hinchen en el caso de que fuera necesario. Esta tarea es gratuita, pero puedes dejar una propina a modo de agradecimiento. Nos encontramos con algunas gasolineras en las que el personal y, pensando en una propina igual mayor, nos limpiaron hasta los cristales del coche. ¡Una maravilla! En este caso, les dimos algo más de propina, pues los empleados eran majísimos.
Una piedra en el camino…
A nosotros se nos quedó encajada una piedrecita entre la rueda y la llanta y, a pesar de que nos dio problemas desinflándose con mayor facilidad, la rueda sobrevivió y no tuvimos que lamentar ningún pinchazo.
Echar agua sobre la zona afectada es una buena forma de confirmar que pierde aire ya que se formarán burbujas constantemente. De ese modo es recomendable hacer algo al respecto. En las gasolineras siempre estarán dispuestos a ayudarte.
Sin embargo, y aquí la importancia de ayudar a todo el mundo, en una de las carreteras nos encontramos con unas alemanas que habían reventado una rueda. Las pobres, no habían cambiado nunca una y no tenían ni idea de cómo hacerlo. Paramos allí y las ayudamos con el cambio. Es muy importante también revisar, en el momento en que se recoge el coche de alquiler, que tenemos una rueda de repuesto. También es necesario llevar un kit de herramientas, donde no puede faltar un gato. Sin embargo, ojo con esto, pues no todos tienen el mismo sistema y puede ser un poco más tedioso si el gato que va en tu coche está algo anticuado.
Con la rueda nueva puesta, las alemanas contentas y nosotros, satisfechos, brindamos con unas cervezas que nos regalaron por el esfuerzo. Habíamos vencido a las carreteras de Namibia.
Si quieres conocer más sobre nuestra experiencia y aprender de nuestras recomendaciones, te animamos a que leas nuestro post de consejo martiano en Namibia.