Os contamos todos los detalles de nuestra ruta de 4 días por Malta, donde recorremos la isla principal de Malta y Gozo.
Malta tiene mucha historia, por lo que hay un montón de atracciones turísticas para visitar. Sin embargo, además de monumentos históricos, Malta también tiene pequeñas calas con mucho encanto donde te puedes bañar. En este otro post hacemos una selección y os enumeramos los imprescindibles de Malta.
Allá va nuestra ruta de 4 días por Malta:
Día 1. ZONA SUR Y ESTE DE MALTA
Cogimos el vuelo de las 06:10h de la mañana desde Madrid con destino el Aeropuerto Internacional de Malta, al que llegamos a las 08:30h aproximadamente (el vuelo duró unas 2h y 10 minutos).
Recogimos el coche en el mostrador de budget, situado en el edificio anexo al aeropuerto en la planta 1. Elegimos un coche pequeño y automático, un Hyundai i10.
Como era pronto y el alojamiento no nos permitía hacer el check in antes de las 15h, pusimos rumbo a la Blue Grotto.
Blue Grotto
El Blue Grotto o la Cueva Azul, es un espacio natural compuesto de seis cuevas situadas a los pies de unos acantilados. El nombre se debe al azul del mar que se refleja en las paredes de las cuevas, esto permite crear magníficos juegos de luz y una paleta en tonos azules de lo más variada.


En la misma carretera hay un viewpoint donde se puede dejar el coche aparcado en una especie de arcén habilitado para ello. Desde aquí sale un caminito que baja entre las rocas hasta llegar a un punto donde se pueden admirar las diferentes cuevas.
Existe la posibilidad de alquilar una barquita que te hace un recorrido por las cuevas. Para ello, hay que dirigirse hasta el pueblo Wied Iz-Zurrieq, situado a escasos minutos desde el viewpoint. En la entrada del pueblo, hay un parking “gratuito” (se paga la voluntad) donde se puede dejar el coche perfectamente.
La empresa que se encarga del alquiler de las barquitas, se llama “Blue Grotto Boat Service” y se encuentra a escasos metros del aparcamiento. El precio de la excursión es de 10€ por persona y dura unos 30 minutos. Sinceramente, un poco caro para lo que realmente es.


Como aún era pronto para ir al alojamiento, decidimos ir yendo hacia el este poco a poco para hacer tiempo y paramos en Ghaxar, un pueblecito pequeño donde parecía que se había detenido el tiempo y con poco que ver.

Marsaxlokk
Desde aquí nos dirigimos a Marsaxlokk un pintoresco pueblo pesquero, cuyo principal atractivo es la cantidad de pequeñas embarcaciones que se encuentran ancladas en la orilla. En el mismo paseo hay numerosos restaurantes orientados principalmente al turismo, sobre todo británico y que dejan mucho que desear, caros para la calidad que ofrecen.


Ubicado a unos 5 minutos desde Marsaxlokk, se encuentra la “St. Peters Pool”, una pequeña bahía que, a causa de la erosión se ha convertido en unas piscinas naturales y en la que el mar adopta unos colores realmente espectaculares. Se llega fácilmente, pero el camino es estrecho y de arenilla, por lo que hay que tener cuidado. Tiene un aparcamiento gratuito bastante amplio donde se puede dejar el coche perfectamente.

Desde que se dio a conocer en la televisión, por un video donde un abuelo con su perro se lanzaban al agua, no deja de recibir visitantes durante todo el año. (Podéis ver el vídeo en el siguiente enlace: )
A pesar de que cuando nosotros fuimos el mar estaba bastante movido, es un sitio increíble para bañarse y tomar el sol. Es un lugar bastante virgen, por lo que solo encontraréis un chiringuito en la parte alta de la piscina.
Antes de llegar a Marsaskala, donde teníamos el alojamiento, paramos en “St. Thomas Bay”, donde se encuentra una playita muy acogedora donde puedes bañar. Recomendable ir con escarpines ya que es todo de piedra.
A nosotros se nos había hecho tarde, por lo que decidimos irnos al alojamiento para que nos diera tiempo a cambiarnos e ir a ver la puesta de sol.
¿Dónde dormir en Malta?
El alojamiento que elegimos fue “Eldoris Boutique Living”, situado en la parte más tranquila del pueblo de Marsaskala. Este pueblecito pesquero crece en torno a dos bahías, estando ambas conectadas por un paseo marítimo con una bonita vista del pequeño puerto pesquero, y donde se encuentran numerosas barquitas ancladas.
El desayuno que ofrece el alojamiento, a pesar de estar bien planteado, es algo escaso. Cuenta literalmente con cuatro mesas y si, te despistas y bajas en hora punta, tienes que esperar hasta que alguna de las mesas se queda libre. Tiene una maquina de cafés y agua caliente para hacer tés y zumos. En el lado salado, dos tipos de pan, embutido (queso, jamón York, salchichón y chorizo) y algo de verdura (pepino, pepinillos, tomate y pimientos). En cuanto a la parte dulce, hay gofres y tres variedades de cereales, además de algunas piezas de fruta.
Finalmente, una vez que nos cambiamos y dejamos las cosas en la habitación, nos dirigimos a Sliema, una de las ciudades más turísticas de Malta. Desde aquí queríamos ver la Catedral de La Valeta, pues tiene un paseo que se encuentra justo en frente y, con el atardecer te ofrece unas vistas increíbles.

Al contrario que el pueblecito de Marsaskala, esta ciudad es bastante caótica en cuanto a gente y tráfico. El coche lo dejamos en un parking publico que nos encontramos a la entrada del pueblo y donde tuvimos que pagar un precio simbólico de 1,50€ a un guardia que estaba metido en una garita.
Cenamos en un restaurante llamado Protopolo situado en el paseo principal y que nos pareció algo caro y regresamos al hotel.
Día 2. BLUE LAGOON Y PUEBLOS DEL INTERIOR
Teníamos incluido el desayuno en el precio de la habitación, por lo que madrugamos para aprovechar el día y cogimos fuerzas tomando un café y un sándwich.
Blue Lagoon
Para el día de hoy el plan era ir al Blue Lagoon, situado en la isla de Comino. Esta pequeña isla, tiene 3,5 km2, se encuentra entre Malta y Gozo y es famosa, principalmente, por su laguna azul.

¿Cómo llegar al Blue Lagoon?
Para llegar a la isla de Comino, hay que acercarse a Cirkewwa, un puerto situado en el punto más septentrional de la isla y donde hay que coger un ferri que te lleva directamente. El ferri puede cogerse tanto en la misma terminal del puerto de Cirkewwa como en Marfa , un pequeño vecindario que cuenta con un hotel y un diminuto puerto donde apenas hay anclados un par de barcos.
Según te estás acercando a Cirkewwa, hay alguna señalización que indica Blue Lagoon a la derecha (la terminal de Cirkewaa se sitúa a la izquierda), refiriéndose a Marfa. Nosotros, después de llegar a la terminal y no ver claro desde donde salía el ferri a Comino (desde esta terminal salen los ferries que van a la Isla de Gozo, bastante más grandes que los del Blue Lagoon), nos dimos la vuelta y terminamos en el pequeño embarcadero de Marfa. El puesto de venta de tickets en Marfa lo podemos localizar frente al hotel Labranda Rivera Hotel.


En Marfa, justo al lado del hotel, hay un parking gratuito donde se puede dejar el coche y una garita donde comprar los tickets. El precio es de 15€ i/v por persona y el trayecto dura entre 20 y 25 minutos.
Los ferris salen con bastante frecuencia, siendo el último de vuelta a las 16h (en mayo). En la página oficial se pueden ver los diferentes horarios tanto de ida como de vuelta.
El día había amanecido bastante feo, nublado y con lluvia, menos mal que al final tuvimos suerte y con el paso de las horas se fue despejando y pudimos disfrutar de un día soleado. Cogimos el ferri de las 11h en el puerto de Marfa y, después de hacer una parada en Cirkewwa para recoger a más gente, nos dirigimos hacía la isla de Comino, más concretamente al Blue Lagoon.


El trayecto se hace ameno y, nada más dar la vuelta a la isla, empiezas a entender el por qué del nombre de esta laguna… ¡qué agua tan azul!
Justo al lado del embarcadero, hay una mini playita de arena, donde se suele quedar todo el mundo y ya en mayo, está hasta arriba de gente. No me quiero imaginar en julio-agosto…
Nosotros, como solemos huir de la muchedumbre, nos alejamos de la playa y caminamos hasta el punto más alto de la isla donde las vistas son espectaculares. Desde aquí vislumbramos un hueco donde no había nadie y desde donde había un buen acceso al agua y nos quedamos allí. (Había muchas medusas y nos costó bastante meternos, pero al final dejamos de pensar en ello y nos tiramos al agua).


A eso de las 13:30h decidimos coger el ferri de vuelta, empezó a nublarse de nuevo y teníamos aún mucho que visitar.
Red Tower
Prácticamente al lado de Cirkewwa, se encuentra la Torre de Santa Águeda o la Torre Roja (Red Tower) -como se conoce popularmente-, una torre de vigilancia que llama la atención por el color rojo de la misma. Esta torre, construida entre los años 1.647 y 1.649 fue uno de los muchos sistemas puestos en marcha para proteger las costas de Malta.

Hay un aparcamiento gratuito justo delante de la torre y existe la posibilidad de entrar dentro por un precio de 2,5€. El horario de apertura es de 10h a 17h. Nosotros no entramos, nos conformamos con disfrutar de las vistas que te ofrecen los alrededores.
Iglesia “Rotonda de Mosta”
El siguiente punto que teníamos marcado y que queríamos visitar era la “Rotonda de Mosta”, una imponente iglesia cargada de historia situada en el pueblo de Mosta. Esta iglesia, cuyo nombre real es “Iglesia Parroquial de la Asunción”, es probablemente la más impresionante de Malta y es famosa por su cúpula con 37 metros de diámetro, convirtiéndola en una de las más grandes del mundo.


Además, una anécdota vincula a esta iglesia con algunos acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. El 8 de abril de 1942, mientras se oficiaba una misa, una bomba alemana de 200kg cayó sobre la cúpula atravesándola. La bomba no explotó, por lo que los fieles salieron milagrosamente ilesos. Desde entonces, este día celebran el “Milagro de Mosta. Actualmente, se puede ver una copia de la bomba dentro de la iglesia.


La entrada a la iglesia cuesta 3€ e incluye la visita tanto de la iglesia como al museo de la Segunda Guerra Mundial que está situado en el subsuelo. Merece la pena coger la entrada conjunta por 5€, que además de lo anteriormente mencionado, incluye la subida a la cúpula.
La Mdina
Desde Mosta, fuimos a visitar la localidad de la Mdina. Se trata de una ciudad amurallada y situada en lo alto de una colina justo en el centro de Malta. También es conocida como la “Ciudad del Silencio”, porque salvo algunas excepciones, no está permitido circular por sus calles. Algunos visitantes optan por recorrer la ciudad en un carro tirado por caballos.


Hay varios aparcamientos gratuitos donde poder dejar el coche a las puertas de las murallas. Para entrar a la ciudad hay dos puertas principales y, a partir de aquí, lo mejor es dejarte llevar y perderte por sus calles de estilo medieval y color crema. En esta ciudad todas las fachadas cargadas de flores y puertas coloridas son preciosas.

Rabat
Una vez fuera de las murallas, y justo en frente de la puerta principal, se encuentra Rabat. Una ciudad que, sin ser tan espectacular como su vecina Mdina, cuenta con varios monumentos históricos para visitar. Si tenéis la oportunidad, recomendamos que os acerquéis y paseéis por su calles repleta de casas bajas y fachadas de colores.


Iglesia de St Magdalena y los Dingui Cliffs
Para terminar el día nos acercamos a la Iglesia de St Magdalena y los Dingui Cliffs. El camino hasta llegar a la iglesia es sencillo y está bastante bien anunciado. Esta pequeña iglesia, situada justo encima de los acantilados, ofrece unas vistas increíbles. Totalmente recomendable.

Cenamos en el restaurante Tanino, en Marsaskala. Lo mejor, la pizza hecha al horno de leña, el resto de platos dejan bastante que desear.
Día 3. VISITA A LA VALETA Y SUS TRES CIUDADES
El plan para hoy era pasar el día en la isla de Gozo, sin embargo, tuvimos que cambiar, pues amaneció con muchísimo viento y lluvia. El mar estaba muy movido y, dado que para llegar allí, hay que coger un ferry, preferimos cambiar el plan y dejar la visita a la isla para el día siguiente.
Después de desayunar, nos dirigimos al pueblo de St Julián. Lo único bonito que tiene es una iglesia (¡una más!) al lado de una playita. Por lo demás, nada en especial, muchos restaurantes y bastantes turistas.

Desde aquí, fuimos a la Valleta, la capital de Malta y donde teníamos pensado pasar el día.
Aparcamos el coche en un aparcamiento cercano a la famosa estación de autobuses (desde aquí salen la mayoría de conexiones que te llevan a diferentes puntos de la isla) y de la Fuente del Tritón. El precio para todo el día es de 4€.
Hicimos un recorrido por el interior de las murallas -aquí os dejamos que no te puedes perder en La Valeta-.
Comimos en una bocatería llamada Grano el mejor bocadillo de todo Malta. El pan está delicioso y el relleno incluso mejor. Este pequeño bar se encuentra en una calle llena de escalones que ofrece unas bonitas vistas haciendo que este bocadillo sea el más fotografiable de toda la ciudad.


De aquí nos dirigimos a los “Barraka Gardens” para coger un ascensor que nos llevaría hasta el Grand Harbour (el precio del ascensor es de 1 euro por persona e incluye la bajada y la subida -o viceversa-), desde donde salen los ferris que te llevan a Sliema o a las tres ciudades que encuentran en frente de La Valleta (Senglea, Birgu y Kalkara). En nuestro caso, debido al temporal de viento, habían cancelado la conexión, por lo que no pudimos coger el ferri.


Decidimos acercarnos en coche a Senglea, dejamos el coche en un parking y fuimos caminando hasta el final de la ciudad. Desde aquí las vistas de La Valleta y del Fuerte de San Angel son muy bonitas.


Regresamos a Marsaskala y cenamos en el Billy Boyz unas hamburguesas realmente buenas.
Día 4. ISLA DE GOZO
Desayunamos en el hotel y, después de recoger la habitación, pusimos rumbo a Cirkewwa donde cogeríamos el ferri que nos llevara a la isla de Gozo.
La llegada y el acceso a la terminal es sencillo, pues está todo perfectamente señalizado.
Si vas con tu coche, tendrás que ponerte a la cola con los otros coches y, cuando lo indiquen, podrás acceder al interior del barco.
La duración del trayecto es de 25 minutos aproximadamente. El precio que nosotros pagamos fue de 20,35€, que incluye un pasajero sin vehículo más un coche con conductor (el billete se paga a la vuelta).
Las horas de los ferris los podéis consultar en su página oficial, donde además, se va actualizando automáticamente indicando en amarillo cuando es la próxima salida.
Llegamos a la terminal de Gozo sobre las 11:45h. Esta, se sitúa en el pueblo de Mgarr.
Nos marcamos las 18:30h como hora para coger el ferri de vuelta, por lo tanto, teníamos algo más de 6 horas para disfrutar de la isla.
El recorrido que nosotros hicimos fue el siguiente:
- Tal Mixta Cave, con vistas increíbles de la Playa Rambla
- Salt Pans, salinas
- Wied il-Ghasri
- Wied il-mielah
- Santuario de la virgen de Ta Pinu
- Nos compramos unos pastiches en una pastelería del pueblo de Gharb
- Blue Hole
- Ciudadela de Victoria
Regreso en el ferri de las 18:45h.
Ya en Malta, pusimos rumbo al aeropuerto. Paramos en Ta KalcBakery para comprar el pan con más fama de Malta y que luego usaríamos para hacernos unos bocadillos.
Llegamos al aeropuerto a las 20:30h para dejar el coche en el mismo parking donde lo habíamos recogido el primer día y pusimos fin al viaje
